SÍNTESIS

La oportunidad de tener conocimientos y habilidades comparables entre los estudiantes de un mismo ciclo educativo a nivel nacional dejará de ser un “deber ser” para convertirse en realidad cuando las brechas de calidad educativa entre escuelas rurales y urbanas se acorten y ambas logren satisfactoriamente conocimientos, habilidades y actitudes en sus estudiantes, que a su vez sean la base para acceder a otras oportunidades culturales, sociales y económicas para concretar los planes de vida, los sueños personales y sociales.

La educación pertinente y de calidad (pertinencia cultural, lingüística) en relación a los ciclos productivos es aún un derecho negado o postergado para la población de áreas rurales.

La desconexión persistente entre el desarrollo social y económico del desarrollo educativo hace que las políticas o medidas que atienden los problemas de infraestructura, currículo, formación docente, salud no reduzcan las desigualdades existentes.

El proceso de descentralización y la transferencia de competencias educativas a los Gobiernos regionales ha sido uno de los temas que más expectativas ha provocado, en la búsqueda de estrategias en la lucha contra la pobreza y el camino al desarrollo que requiere de una educación más justa y una sociedad más democrática; que responda la visión de educación como derecho humano.

En un país megadiverso como el nuestro, la Educación Intercultural y Bilingüe no es sólo un tema pedagógico, sino fundamentalmente político, estrategia indispensable para el fortalecimiento de la democracia y la gobernabilidad. Sólo así, en contextos de culturas originarias, que pasa el límite de la escuela y se hace conducta cívica, se garantiza la participación social en el objetivo de desarrollo humano, ya que estaría necesariamente ligada a calificar las demandas cívica-ciudadanas de las poblaciones.

Los criterios fundamentales para mirar hoy a la educación rural son: la perspectiva intercultural y el diseño de un currículo cultural, tecnológico y productivo. La escuela rural tiene que tomar en cuenta, en su propuesta, aspectos pedagógicos propios, específicos; estrechar el diálogo entre tradición y modernización, entre herramientas tecnológicas y productivas, considerarse a sí misma como un espacio democrático de convivencia comunitaria y cultural.

La relación escuela-comunidad impone nuevos retos. Le corresponde a la escuela enriquecer la comunidad con nuevas destrezas de aprendizaje que no dejen de lado el legado de su pasado; y a los padres y madres de familia ayudarles a buscar una mayor participación, orientándolos a apoyar y compartir desde sus oficios, saberes y experiencia de conocer y entender el mundo.

En la reflexión que realiza y recoge de otros agentes, el CNE (V Encuentro Nacional de Regiones: Gestión que asegure aprendizajes de calidad con equidad ) enfatiza la necesidad de reformar la gestión de las instituciones y los sistemas que tienen a su cargo la educación rural, y tratar el tema de la docencia tomando en cuenta nuevos enfoques, pero sobre todo, enfatizando nuevas estrategias para el acompañamiento pedagógico que mejoren el desempeño en aula.

Existen en el país experiencias que vienen avanzando en diferentes aspectos de propuesta para la educación rural que constituyen interesantes pistas para continuar la reflexión. Un hecho interesante es la conformación de Redes tanto para la zona urbana como en la rural, pero las Redes no han alterado la independencia o la soledad de la praxis escuela por escuela, ni avanzando en la planificación curricular más allá de esfuerzos de adecuación al Diseño Curricular Nacional.

El reto para el corto y mediano plazos implica varios aspectos: Mejorar los aprendizajes, incidiendo en las dinámicas pedagógicas que respondan a criterios de nueva escuela rural. Generar cambios en el sistema administrativo, que permitan implementar centros de recursos escolares para la acción educativa en colectivo, articulando un número de escuelas más o menos cercanas. Desarrollar una capacitación entre pares en la dinámica del ejercicio didáctico, como parte de las funciones de los centros de recursos escolares. Implementar Centros de Recursos Educativos Múltiples en espacios de la comunidad, que amplíen la posibilidad de experiencia educativa, más allá de los límites de la educación formal.